Corrían los últimos días de marzo
de 2008, la preocupación por concluir mis estudios de licenciatura –en Ciencias
de la Comunicación– y no hallar un empleo como consecuencia a la falta de
experiencia y un nombre que respaldara mi trayectoria me llevaron a tocar las
puertas de Síntesis, la que hasta hace tres meses fue mi casa editorial. El
miedo a ser rechazado no me limitó, busqué a Susana Rivas Vera, en aquella
época jefa de reporteros de dicho rotativo. Ella había sido mi maestra de
periodismo y constituyó mi primer acercamiento a la empresa propiedad de
Armando Prida Huerta.
“Sus” como yo la llamo, me
advirtió que necesitaban de un reportero, pues una de sus informadoras –Alejandra
Corona– estaba incapacitada por maternidad; sin embargo, me dejó en claro que
no había vacantes y por tanto mi trabajo no sería remunerado. Mi pago enfatizó
Rivas Vera, sería que desde el momento que se publicara mi primer nota, ésta iría
acompañada de mi crédito y en caso de abrirse una plaza, yo sería contemplado
como primera opción para ser contratado.
Así, transcurrieron los últimos
días de marzo y los primeros de abril de aquel 2008, mis primeras coberturas
estuvieron vinculadas a ruedas de prensa y actividades de menor importancia.
Tuve incluso que acudir a eventos deportivos –no soy afín a los deportes– pero
bueno, estaba ávido de aprender, hacerme de un nombre y trabajar.
De manera inesperada, el domingo
13 de abril de aquel 2008 recibí una llamada de Claudia Espinoza García, entonces
gerenta de información de Síntesis. Yo estaba consciente de que la también jefa
de Susana Rivas me llamaría para asignarme coberturas; sin embargo, jamás
imaginé que lo hiciera tan tarde (casi a la medianoche) y que me pediría hacer
una extenuante cobertura para el día siguiente que incluía entre otras
actividades, las propias del Ayuntamiento de Puebla.
A lo largo del día siguiente, la
responsable de la agenda informativa de Síntesis me llamó en repetidas
ocasiones a mi celular personal, el motivo, solicitar la cobertura de más y más
cosas, así como para verificar la progresión y desempeño de mi novel labor
reporteril. Fue ese mismo día cuando me indicó que pasara a las instalaciones
del periódico Síntesis para recoger un celular que me serviría para comunicarme
con ella, los demás reporteros y otras personas de la empresa.
Ya en las oficinas de Síntesis mi
sorpresa fue mayúscula cuando al entrevistarme con Espinoza García me dijo “sube
a Recursos Humanos para que te digan que papeles necesitas. Te vamos a
contratar, anda ve, urge, urge”. Así fue como tras conseguir toda la documentación
me incorporé de forma oficial a las filas de la que por seis años y nueve meses
fue mi casa editorial.
A mi paso por la empresa
propiedad de Armando Prida Huerta, realicé un sinnúmero de tareas que fueron
desde las propias de un reportero, pasando por las de coordinador editorial
para la web, editor, coordinador de información, intérprete y hasta un efímero
vendedor.
Mis días en Síntesis fueron fructíferos,
pues aprendí mucho en lo personal y en lo profesional; afiancé verdaderas
amistades y por supuesto, crecí como ser humano.
Sin embargo, y acostumbrado a mis
estrambóticas decisiones, un día de enero de 2015 resolví de forma sorpresiva
para muchos, dejar mi hasta entonces casa editorial. ¿Los motivos? Simplemente ir
a la conquista de nuevos horizontes.
Fue así como llegué al Ayuntamiento
de Puebla, donde hoy me desempeño como enlace de Comunicación
Social de la Secretaría de Gobernación Municipal, a unos meses de emprender
este reto puedo afirmar que mucho he aprendido en poco tiempo. La situación no es mínima ya que hoy me toca conocer otra arista del amplio campo de la
comunicación.
¿Pero por qué llamar a esta entrada "La Vida después de Síntesis"? Simple, porque la existencia humana es un eterno aprendizaje en el que no debemos limitarnos a un sólo entorno, las oportunidades deben tomarse y aprovecharse. Yo lo hice, por supuesto que agradezco a todas las personas que a mi paso por Síntesis me brindaron su apoyo, su confianza, su lealtad y su sabiduría... Gracias Síntesis.