miércoles, 29 de abril de 2015

La vida después de Síntesis

Un breve recuento de mi llegada, paso y despedida del periódico Síntesis (siete años de historia)

Corrían los últimos días de marzo de 2008, la preocupación por concluir mis estudios de licenciatura –en Ciencias de la Comunicación– y no hallar un empleo como consecuencia a la falta de experiencia y un nombre que respaldara mi trayectoria me llevaron a tocar las puertas de Síntesis, la que hasta hace tres meses fue mi casa editorial. El miedo a ser rechazado no me limitó, busqué a Susana Rivas Vera, en aquella época jefa de reporteros de dicho rotativo. Ella había sido mi maestra de periodismo y constituyó mi primer acercamiento a la empresa propiedad de Armando Prida Huerta.

“Sus” como yo la llamo, me advirtió que necesitaban de un reportero, pues una de sus informadoras –Alejandra Corona– estaba incapacitada por maternidad; sin embargo, me dejó en claro que no había vacantes y por tanto mi trabajo no sería remunerado. Mi pago enfatizó Rivas Vera, sería que desde el momento que se publicara mi primer nota, ésta iría acompañada de mi crédito y en caso de abrirse una plaza, yo sería contemplado como primera opción para ser contratado.

Así, transcurrieron los últimos días de marzo y los primeros de abril de aquel 2008, mis primeras coberturas estuvieron vinculadas a ruedas de prensa y actividades de menor importancia. Tuve incluso que acudir a eventos deportivos –no soy afín a los deportes– pero bueno, estaba ávido de aprender, hacerme de un nombre y trabajar.

De manera inesperada, el domingo 13 de abril de aquel 2008 recibí una llamada de Claudia Espinoza García, entonces gerenta de información de Síntesis. Yo estaba consciente de que la también jefa de Susana Rivas me llamaría para asignarme coberturas; sin embargo, jamás imaginé que lo hiciera tan tarde (casi a la medianoche) y que me pediría hacer una extenuante cobertura para el día siguiente que incluía entre otras actividades, las propias del Ayuntamiento de Puebla.

A lo largo del día siguiente, la responsable de la agenda informativa de Síntesis me llamó en repetidas ocasiones a mi celular personal, el motivo, solicitar la cobertura de más y más cosas, así como para verificar la progresión y desempeño de mi novel labor reporteril. Fue ese mismo día cuando me indicó que pasara a las instalaciones del periódico Síntesis para recoger un celular que me serviría para comunicarme con ella, los demás reporteros y otras personas de la empresa.

Ya en las oficinas de Síntesis mi sorpresa fue mayúscula cuando al entrevistarme con Espinoza García me dijo “sube a Recursos Humanos para que te digan que papeles necesitas. Te vamos a contratar, anda ve, urge, urge”. Así fue como tras conseguir toda la documentación me incorporé de forma oficial a las filas de la que por seis años y nueve meses fue mi casa editorial.

A mi paso por la empresa propiedad de Armando Prida Huerta, realicé un sinnúmero de tareas que fueron desde las propias de un reportero, pasando por las de coordinador editorial para la web, editor, coordinador de información, intérprete y hasta un efímero vendedor.

Mis días en Síntesis fueron fructíferos, pues aprendí mucho en lo personal y en lo profesional; afiancé verdaderas amistades y por supuesto, crecí como ser humano.

Sin embargo, y acostumbrado a mis estrambóticas decisiones, un día de enero de 2015 resolví de forma sorpresiva para muchos, dejar mi hasta entonces casa editorial. ¿Los motivos? Simplemente ir a la conquista de nuevos horizontes.

Fue así como llegué al Ayuntamiento de Puebla, donde hoy me desempeño como enlace de Comunicación Social de la Secretaría de Gobernación Municipal, a unos meses de emprender este reto puedo afirmar que mucho he aprendido en poco tiempo. La situación no es mínima ya que hoy me toca conocer otra arista del amplio campo de la comunicación.

¿Pero por qué llamar a esta entrada "La Vida después de Síntesis"? Simple, porque la existencia humana es un eterno aprendizaje en el que no debemos limitarnos a un sólo entorno, las oportunidades deben tomarse y aprovecharse. Yo lo hice, por supuesto que agradezco a todas las personas que a mi paso por Síntesis me brindaron su apoyo, su confianza, su lealtad y su sabiduría... Gracias Síntesis.